Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2021

MI VIDA DE AMARILLO 29.

Imagen
  Bajo de la planta al retén de celadores para tomar un pequeño refrigerio y despejarme un poco de la tensión en la planta, que la noche se hace larga; pero me llaman y tengo que volver de inmediato para una urgencia. Me han dicho el número de la habitación donde se ha producido la incidencia y me dirijo allí directamente. Al entrar me encuentro a una señora desnuda en el baño, sentada en el retrete. La señora es de una cierta edad avanzada. Se ha levantado de la cama ella sola y ha salido de la habitación. Una auxiliar se la ha encontrado en el pasillo, y cuando han querido devolverla a su cama entre varios compañeros, la señora se ha empeñado en que quería ir al baño y ahora no quiere levantarse de la taza del váter.   Dos de mis compañeras permanecen junto a ella sin saber qué hacer. La señora tiene la cara blanca y se siente totalmente contrariada. Hacemos lo posible para convencerla y por fin conseguimos volverla a su cama. Una de las enfermeras recuerda que tiene pautada la s

MI VIDA DE AMARILLO 28.

Imagen
  ¿Qué pasaría si un actor se quedara atrapado para siempre  en la interpretación de un personaje?   En su tiempo, en sus modos, en su voz, en su cuerpo…

MI VIDA DE AMARILLO 27.

Imagen
  ¿Soy un esclavo?   Quiero vivir en contacto con la naturaleza; quiero pisar escenarios; quiero vivir mis sueños.   Desde niño deseé ser actor. No sólo lo soñé; fue real. Estudié, investigué, busqué, tuve paciencia, fuerza y perseverancia… He trabajado como actor desde los 17 años… ¿y ahora?   Siento cadenas que me atan los pies y las manos y los ojos. Siento cadenas apretándome el cerebro. Confundo las mascarillas con el maquillaje, las camas de hospital con escenarios; las puertas con cámaras y las sonrisas de los pacientes, las acojo como aplausos.   Trabajar para sobrevivir. Vivir sin trabajar.   Soy un esclavo. ¿Por amor? Tal vez lo sea por amor.

MI VIDA DE AMARILLO 26.

Imagen
  Es de noche. Estoy cansado. Termino la vuelta con los pacientes que lleva una de las auxiliares de la planta que me corresponde hoy y comienzo con la siguiente. Ella me está esperando inquieta y agitada en la puerta de la habitación. Al verme llegar, ella entra delante de mí con un mal gesto y como metiéndome prisa. Al entrar apurado, justo detrás de ella, la veo azotar con la mano al paciente del fondo junto a la ventana de la habitación. La auxiliar azota al paciente, le ofende y le regaña. -¿Qué hago? ¿Le llamo la atención a mi compañera?- me pregunto agobiado. La situación es tensa, y en ese momento no sé qué hacer al respecto. El paciente ha tenido una tremenda diarrea y está bañado en mierda. Se ha abierto él mismo el pañal y se ha embadurnado las manos, la cara, las sábanas… la cama entera. Son las tantas de la madrugada y hay que asear al paciente por completo y cambiar toda la ropa de cama. Mi compañera sigue increpando al paciente. Yo me encargo de movilizarlo con

MI VIDA DE AMARILLO 25.

Imagen
  Durante el verano siempre se aprovecha para hacer algunas reformas en el hospital y mejorar el estado de alguna de las plantas; por lo que como es necesario desalojar alguna, se suele trastocar todo un poco. Este año se han visto afectados por este motivo, principalmente, los pacientes crónicos y los de medicina interna, y al ir reubicando a unos y a otros, a veces se dan combinaciones muy curiosas… Hoy he estado trabajando en una planta de pacientes “reubicados”, y al ir recorriéndola para atenderlos, me encuentro con una combinación tan curiosa que me da la sensación de estar en un mal sueño, en el rodaje de una película o, si me apuras, en un demencial espectáculo que tal vez podría titularse algo así como “El túnel de la regresión”… Isabelita tiene a su madre ingresada desde hace meses. En cuanto llega por la mañana, le da los buenos días a su mamá y le anima para que haga caca. -Venga, “bebé”, si tienes ganas, aprovecha ahora. Aprieta, “bebé”…- “Bebé”; así llama Isabel

MI VIDA DE AMARILLO 24.

Imagen
  Hoy me toca llevar el control de acceso para la vacunación. Como es domingo y estamos en agosto, me parece que voy a tener una mañana tranquila. Será que los citados para hoy han preferido irse a la playa o que han decidido pasar de su cita en nuestro hospital y prefieren vacunarse ahí cerca, donde no hace falta cita y te pinchan a cualquier hora. No lo sé… El caso es que, como estoy tranquilo, tengo tiempo para escribir mis notas y facilitarme luego la tarea de contar cosas que me pasan en este trabajo… Un caballero de edad avanzada se me acerca. Yo diría que puede pasar de los 70 años de edad, por eso me extraña cuando me pregunta que si su madre, a la que no veo, se puede vacunar. Como nota mi perplejidad, a pesar de que intento disimularla, me explica que su madre viene detrás, a paso más lento. Que no quería vacunarse, pero que hace unos días falleció un hermano suyo de COVID, y que ha cambiado de opinión sobre el tema. Entonces la madre aparece caminando torpemente con la

MI VIDA DE AMARILLO 23.

  Como hoy se celebra el día de las actrices y los actores, esta tarde he felicitado con cariño a una veterana compañera que tenemos en el hospital. No sé si me ha oído. Quiero creer que sí... Ha pasado mala tarde y ahora mismo acabo de despedirla.   Perdonadme la tristeza. Necesitaba escribirlo.   Espero que descanse en Paz.

MI VIDA DE AMARILLO 22.

Imagen
  Esta semana me toca atender a los pacientes de la Unidad de cuidados paliativos. El jueves pasado trabajé en turno de mañana, y cuando bajé de la planta para disfrutar de mi ratito de descanso y tomar el desayuno, una enfermera me pidió que aprovechara para bajarme tres autorizaciones de nuevos ingresos que debía entregar en el despacho de admisión, pues me queda justo al lado de donde suelo desayunar. Casi siempre que me encargo de transportar estas autorizaciones, suelo fijarme por curiosidad en los nombres y apellidos de los nuevos pacientes que van a ser ingresados en el hospital. Supongo que aquella mañana sentía más apetito que curiosidad, y no me llamó la atención ninguno de los nombres que figuraban en aquellos papeles. Desde que se entrega en admisión la autorización para el ingreso de un paciente, hasta que éste llega a nuestro hospital, suelen transcurrir como mínimo unas horas; pero en esta ocasión fue todo mucho más rápido, pues estaba aún sin terminar mi tentempié ma